miércoles, 25 de marzo de 2009

Eso de que el mundo está desacralizado es puras pinches patrañas

Pregúntenle si no a quien se hincan hacia un nombre, sin saber, desde luego lo que significa: ciencia. Por eso decía mi maistro Ramón Xirau que nuestra época está más poblada de dioses -y de dogmas - que ninguna otra más.

sábado, 21 de marzo de 2009

San Juan Gabriel de Juárez

Iba paseando el otro día por San Juan de Letrán, viendo las chicas que pasan, bizcochos vienen y van. Me detuve en una esquina porque una noticia llamó mi atención: los milagros de San Juan Gabriel. No sólo el fundador del Opus Dei ha subido a los altares, sino también el divo de Juárez. Por lo menos subió ya al altar doméstico de Manuel Albella. Cuenta este ganapán que su hija se encontraba en el umbral de la muerte, atacada por virus que los médicos no atinaban a identificar. Tan mohinos y desesperados estaban Don Manuel y su señora que les dió por juntar sobre una mesa algunas portadas de los discos del divo de Juárez y por comenzar a dirigirle plegarias y peticiones. Y hete aquí que a las pocas horas la niña comenzó a comer y a mostrar salud rutilante. Desde luego que esta pareja de imbéciles le atribuyeron el milagrito a Manuel Aguilera (que así es como se llama el putito del Juanga).

Enseguida, para compensar el favor recibido, le elevó esta pareja de provocadores profesionales a Don Juan Gabriel un altar en toda forma. Dicho altar fue ramatado con una horrible y vanguardista estatua de yeso que arremeda los rasgos del cantautor delicado. Desde entonces, no sólo la pareja de retrasaditos (seguramente adictos a la televisión), sino que también sus vecinos han comenzado a propagar el culto.

Esta silvestre pareja fue entrevistada recientemente por un periodista de la subversiva, contracultural e iconoclasta revista "¡Órale!" (para quien desconoce todo sobre esta revista, se trata de una publicación inspirada en la literatura del Marqués de Sade, aunque con un toque de sabia distancia irónica ausente en la obra del divino Marqués), el testimonio recogido es conmovedor. A la pregunta del reportero:
¿Por qué pedirle a Juan Gabriel y no a un santo real? Han contestado así: "Se nos hizo fácil, lo queremos mucho, gracias a sus canciones nos enamoramos, él siempre ha estado presente en nuestras vidas. Un día, de tanta desesperación, como tenemos muchas recortes y discos de él, se nos hizo fácil decirle: ¡Juan Gabriel, ayúdanos! Le suplicamos, lloramos, le insistimos y le prometimos que haríamos algo especial por él. Por eso le pusimos este pequeño altar y mandamos a hacer un santo real. Gracias a esta experiencia muchas personas han venido a rezarle a este santo, San Juan Gabriel, y es muy milagroso. Ya ha sacado de muchos problemas a algunas personas; aquí el secreto es besarle la manita derecha, que tiene una campana. Mire, la fe es muy grande y no nos importa que otras personas se burlen de nosotros".

He aquí una muestra de la imagen alredor de la cual gira este singular culto:


lunes, 16 de marzo de 2009

Who was trained not to spit on the fan?

Hace poco más de treinta años, durante el "encore" de uno de los conciertos de la gira "Animals", Roger Waters tuvo a bien escupir en el rostro de uno de sus fans. La razón fue que durante las casi tres horas que duró el concierto en el Estadio Olímpico de Montreal, la mayoría de los asistentes, en vez de concentrarse en escuchar la hermosa música que tocaba Pink Floyd, se dedicaron a gritar cual viejas histéricas. Ayer, que asistí al concierto de Radiohead, eché de menos que Jonny Greenwood, quien además de haber confesado ser seguidor de los Floyd es un reconocido admirador de Olivier Messiaen (lo cual es posible advertir sobre todo en el uso de ritmos no retrogradables en varias canciones de Radiohead), no hubiese repetido el gesto del bajista de Pink Floyd. Me cago en todas mis muelas, porque si compré un par de boletos para el foro sol, por cierto nada baratos, fue para escuchar un par de horas o más de elegante, sofisticada y bien ejecutada música. En cambio, tuve que chutarme una turbamulta de histericas que se imaginaban estar en un concierto de Bronco o de la Maldita Vecindad, pues no paró de gritar toda la noche. En fin, que los gritos obnubilaron una música que pude adivinar deliciosa, pero que no se podía escuchar como Dios manda. Sigo preguntándome qué es lo que toda esa bola de gritones oye cuando ponen a Radiohead en sus ipods, porque está claro que de escuchar no escuchan nada.

domingo, 15 de marzo de 2009

Баян

Estoy cansado. No tengo nada que contar. Este fin de semana me ha dedicado a espigar videos de Grace Slick en la red. Estoy enamorado de ella, de su voz y de su carne. Pero no es la de Jefferson Airplane sino la de Sofía Gubaidulina la música que más me ha logrado conmover últimamente.

A escuchar y a disfrutar, que del acordeón no sólo logran salir canciones de los Tigres del Norte y de Julieta Venegas.

martes, 10 de marzo de 2009

¿Qué pedo?

¿Qué pedo? Parece que el América desciende el próximo torneo. Me alegro.

domingo, 8 de marzo de 2009

Pinches viejas flacas.

¡No mamen! Esta puta semana me infectó un pinche virus de gripa que me tuvo tirado todo el fin de semana. Ni pedo. Aproveché para ver la tele. Aunque debí decir que por ver la tele desaproveché mi vida. Interpreto que me sentí asediado por algún inopinado sentimiento de culpa, motivado a su vez por no haberme cubierto debidamente el cuerpo una de estas noches en que al frio le ha dado por ponerse majadero, ya que yo por ser el remolón que soy y, consecuentemente, por quererme evitar el cargo de cargar un suéter anduve el martes paseándome noctámbulamete por la ciudad mostrando mis cueros. Quizá, pues, por este inopinado sentimiento culpaginoso haya optado por algunas horas de penitencia. No tengo nada contra el sentimiento de culpa, cual si fuera psicoanalista feminista o conductora de programa matutino de televisión o fanática de Raúl Velasco, pues con mucho prefiero cargar una culpa, cuando es simple y esta bien visible, a cargar esa otra quimera que es la culpa por no haberse liberado aún de las culpas.

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Había escuchado últimamente buenos comentarios de un programa llamado Dr House, e incluso de gente que aparenta ser más refinada y tener algo más de buen gusto que un servidor; personas, por ejemplo, que distintamente a mí, no disfrutan de las películas de Alfonso Zayas ni del rock tropi-psicodélico de Chicoché, y que prefieren un elegante vaso de wiski a un boing de guayaba. Pues he aquí que yo opino que ese programa es infinitesimalmente semejante a un buen pedazo de caca. El doitorcito ese es el peor cliché que he visto en años, quizá desde el personaje de villano que en la chachanovela "Muchachitas" interpretaba Alejandro Camacho, y que si mi memoria no me falla se llamaba Federico Cantú. ¡Mierda que me cago en diez! Lo peor es que los hay quienes confunden al House con un ícono de la contracultura, sin advertir y sin querer advertir que la de contrariedad, como escribía pulcramente Hume, no es relación sintética sino analítica. En fin, que un antihéroe pop siempre compartirá los mismos rasgos que un héroe pop, esos mismos que hacen en mí un efecto vomitivo. Es como los mexicas que se emocionaron porque ganó las elecciones el demócrata gringo: allá ellos y lo que les dure la ilusión, que a mí la verdad se me da una higa que se ilusionen con quien quieran. Lo que no puede dejar de expresar es que me resultó insufrible la corrección política de quienes escriben el programa del doitorcito ese y de su puta madre que le parió.


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Pues a propósito de la corrección política y de la necesidad de expresar lo que siento y pienso, cúmpleme dar noticia de la indignación que sufrí cuando, durante esa penitencia inconciente que me autoimpuse, hube terminado de ver las películas de batman que a la sazón transmitieron en el canal Fox. Nunca las había visto, porque ir al cine a ver batman es de tan grandota güeva como ir al Azteca o Guillermo Cañedo a ver al América. Pos la primera de Batman está cotorra, desde luego que mamona y lameloide, aunque de vez en vez me fue menester echar coyotitos intermitentes pa evitar el aburrimiento crónico y el hastío. Pero la segunda, donde salen Gatúbela y el Pingüino, fue la causa inmediata de mi ya mentada indignación. Mejor dicho: dicha causa fue la cuasi tísica Gatúbela que sale en esa película. En verdad fue lo más decepcionante que he visto desde la contratación de Schuster por los Pumas en el 97. Sé que hay muchos putitos a quienes les gusta Michelle Pfeiffer, pero seamos honestos, hagamos a un lado la mercadotecnia y dejemos a un lado el prejuicio racista que nos inclina a pensar que una mujer, por ser dueña de ojos claros y cabellos rubios es guapa. Pero lo peor, la magrez de carne de esa mujer apenas y mueve a lanzarle un bolillo o un plato de frijoles charros, ¡qué va una semilla! Esa rubia tísica es ideal para metrosexuales, pero no para hombres. Me esperaba mucho de gatúbela porque la gatúbela de la serie de Batman de los sesenta sí que era dueña de una cuerpo legendario y literalmente monumental.

No nos perdamos en detalles, que si la película está de la chingada, aunque ciertamente lo está; pero sea, con una gatúbela que tuviera un cuerpo digno de la mujer gato uno hubiera podido pasarse un buen rato. Pero la cosa no quedó ahí. En verdad lograron colmarme cuando, al terminar la segunda película del Batman, programaron "Catwoman". Yo pensé ingenuamente: seguramente alguien quizo reivindicar a la mujer gato que habita en nuestros sueños , enmendar el entuerto y desfacer el agravio perpetrado por el ridículo de Tim Burton. Pensé, también, que para tal tarea ese alguien habría contratado una actriz que hiciera sus tres comidad al día y que no confundiera un abdomen plano con un vientre voluptuoso y bello. Pero pues hete aquí que nel, niet, nicht, ni madres, no sólo era una pinche gatúbela más flaca que el Flaco Ibáñez, sino que además fea como este mismo Flaco Ibáñez ¡A chingar a su madre, pinches y putísimos diseñadores de imagen de Hollywood: entiendan de una vez que las mujeres deben tener tetas (¡¡¡¡TETAS, NO BUBIS!!!!!!!!!!!!!) y nalgas, grandes y duritas! A ver, bola de putos y mariquitas: ¡A ver y a aprender! (que a veces aprender es divertido, como decía Genaro Moreno, el carnal de Rogelio).

Dechado y prueba de la verdadera vocación esférica del culo femenino.


Una gatúbela rutilante, con carne bien acomodada un su sitio. A esta gatita yo si la preño y le regalo mi apellido Cajinas.

En cambio, he aquí un par de trapos esmirriados:

La foto pretende mucho, por lo menos alentar la cachondez de quien la mira; hace la finta de mostrar la cadenciosa curva que se forma entre cadera y cintura en todo cuerpo de mujer, pero la finta quedad en finta porque esta mujer, quien ciertamente tiene cara gato, carece de osamenta y de carnes femeninas. Hasta Adam West enseña un quiebre de cadera más explícito.

Como decía ya, esto es el colmo. Concedo que tiene más o menos buen chicarrón, aunque tampoco para hacer juegos de artificio por ellos, pero para el caso hasta un hombre con ginecomastía puede tener buenas y rotundas ubres. Sucede que esta mujer (?) tiene el culo demasiado fino, nalgas muy pobremente abastecidas, además de carecer de figura orgánica, como que más parece ésta ser la de un plano cartesiano que la de un cuerpo. Muchos dicen que tiene buen cuerpo, pero este juicio es un efecto y nada más del asedio de la propaganda, De acuerdo, tiene más o menos buen chicharrón (tampoco la gran cosa), pero carece de nalgas y de curvas apetitosas, además tiene cara de chango.