lunes, 16 de marzo de 2009

Who was trained not to spit on the fan?

Hace poco más de treinta años, durante el "encore" de uno de los conciertos de la gira "Animals", Roger Waters tuvo a bien escupir en el rostro de uno de sus fans. La razón fue que durante las casi tres horas que duró el concierto en el Estadio Olímpico de Montreal, la mayoría de los asistentes, en vez de concentrarse en escuchar la hermosa música que tocaba Pink Floyd, se dedicaron a gritar cual viejas histéricas. Ayer, que asistí al concierto de Radiohead, eché de menos que Jonny Greenwood, quien además de haber confesado ser seguidor de los Floyd es un reconocido admirador de Olivier Messiaen (lo cual es posible advertir sobre todo en el uso de ritmos no retrogradables en varias canciones de Radiohead), no hubiese repetido el gesto del bajista de Pink Floyd. Me cago en todas mis muelas, porque si compré un par de boletos para el foro sol, por cierto nada baratos, fue para escuchar un par de horas o más de elegante, sofisticada y bien ejecutada música. En cambio, tuve que chutarme una turbamulta de histericas que se imaginaban estar en un concierto de Bronco o de la Maldita Vecindad, pues no paró de gritar toda la noche. En fin, que los gritos obnubilaron una música que pude adivinar deliciosa, pero que no se podía escuchar como Dios manda. Sigo preguntándome qué es lo que toda esa bola de gritones oye cuando ponen a Radiohead en sus ipods, porque está claro que de escuchar no escuchan nada.

5 comentarios:

Juan Manuel Escamilla dijo...

Qué asco. La canaille.

Emilio dijo...

No tienen madre los comments de escamilla. Se echaban de menos. ¿Pues qué esperabas pardo? ¿A poco nunca habías ido a un concierto de rock? Yo también fui ayer, me hubiera gustado toparte por ahí, especialmente durante la rola de los robots ja ja

Julia Martín dijo...

¿Qué esperabas, gente que sabe para qué sirven los oídos y la boca? Ps no, estamos en México, jajajaja...

Juan Manuel Escamilla dijo...

Coleguí: reunión en mi casa, esta noche. Abrazo.

Ochoa dijo...

Es como quejarse de la corrupción en México o del tráfico en el d.f. o de que te toqueteen en el metro. igual hay que hacerlo.